Los recuerdos y anécdotas sexuales de los hombres por ejemplo, son como las hazañas de cuando salen de pesca, siempre las agrandan porque de una insignificante mojarrita pueden tranformarla en tarariras gigantes aunque en realidad algunos lo único que pueden hacer es tararear una corta melodía desencadenada con suerte y sólo si tomaron clases en el Boston Medical Group.
Están también los que creen que se ven como Tarzán porque van por la vida a los saltos de mujer en mujer tipo de liana en liana. Eso sí lo que no se dan cuenta es que la liana, la propia, con la edad se acorta, se achica, se reseca y resquebraja generando papelones considerables porque no hay pastillas ni billeteras que cubran tamaño papelón. Queridos Tarzanes posmodernos recuerden que viven en la ciudad y no en la selva y no todo lo que reluce es oro y las equivocaciones cada vez son más frecuentes o sea, por si no he sido clara no siempre todas las monas son chitas, no vaya a ser que en lugar de ser tirados de la liana terminen amarrados a una liana.
El otro gran recuerdo de hazaña sexual de los varones es sentirse Tiger Woods, maravilloso golfista con los que se identifican nuestros queridos amateurs de más de 50, salvo que estos necesitan un hoyo del tamaño de un cráter dejado por un meteorito gigante y estar a 20 cm para que con suerte embocarcarla de penal y sin arquero.
Hombres, es que lamentablemnte cuando Freud les dijo que no estaban castrados, ni el mismo sabía a ciencia cierta que salvo alguna que otra alegría, ese orgulllo masculino simil caña de pescar siempre lista en apariencia, además de molestar en el pantalón cuando pasa el tiempo y no tener gran utilidad aparente, salvo ensuciar el baño o jugar alguna carrera del " allá en la fuenta habia un chorrito se hacía grandote se hacía chiquito"...cuando te la enganchas con el cierre y ves todas las galaxias juntas del dolor ahí sí te das cuenta que nuestro gran psicoanalista no midió las bondades de ser mujer y a mucha honra castradas. Y bue Ajo y Agua....
Raque
